El primer aspecto que conviene conocer es la razón de ser de este aditivo, que en pocos años se ha hecho imprescindible para muchos vehículos diésel. En ese sentido, AdBlue® se extiende como consecuencia de una normativa anticontaminación cada vez más exigente. Así, desde la entrada en vigor de la norma Euro 6 en 2014, las emisiones de NOx de los motores diésel se limita a 80 mg/km.
Implica que los vehículos de nueva fabricación con niveles de emisiones superiores, normalmente los de mayor potencia, deben contar con un sistema de reducción catalítica (SCR) para adaptarse las nuevas exigencias. Y esos sistemas necesitan de este aditivo. Hay que tener en cuenta, por otra parte, que la Euro 6 es una norma mucho más exigente que su predecesora, la Euro 5, que establecía un límite de 180 mg/km.
Pero, más allá de esta cuestión que afecta en general a los vehículos diésel, hay otros aspectos que conviene saber porque también existe una normativa AdBlue® específica. Es la que regula aspectos esenciales de este aditivo y tenerla en cuenta sirve para evitar problemas en los vehículos.
Normativa AdBlue®: ISO 22241
Dentro de la normativa AdBlue®, hay una certificación esencial: se trata de la norma ISO 22241. Esta es una norma de calidad que certifica la máxima calidad en la fabricación y distribución del AUS 32, que es el producto de urea que comercialmente se conoce como AdBlue®.
El hecho de contar con esta certificación ofrece dos garantías fundamentales:
– Por un lado, que la reducción de emisiones de NOx del vehículo se alcanzan gracias a una solución de urea y agua al 32,5 %.
– Por otro lado, que se trata de una solución técnicamente pura, es decir, libre de componentes como fosfatos cobre, aluminio o zinc, entre otros.
Pero no solo en lo que a fabricación se refiere, esta normativa AdBlue® también controla otros aspectos fundamentales, como son el transporte, el almacenamiento y la comercialización de este producto.
De hecho, la VDA Verband der Automobilindustrie e.V., entidad que otorga la certificación, somete a un proceso de auditoría estricto todo el sistema de producción para que un fabricante pueda conseguir la certificación y comercializar su producto con las máximas garantías para el consumidor.
Pero esta normativa AdBlue® va un poco más allá. La ISO 22241 establece además un plan de testado o seguimiento. Significa que el fabricante debe monitorizar de forma continuada que esos parámetros de obligado cumplimiento se respetan de forma permanente, garantizando así la calidad del producto.
Por qué hay que asegurarse de que el producto elegido cumple la normativa
Asegurarse de que el producto elegido para el vehículo diésel cumple con la normativa AdBlue y con esa certificación ISO 22241 es fundamental. Es la única forma de proteger el sistema de reducción catalítica y evitar problemas que pueden llegar a ser muy graves.
Un producto que no cumpla con la norma AdBlue®, sobre todo que no respete esa proporción de un 32,5% de urea puede provocar serios problemas en el catalizador y, en el peor de los casos, averías, puesto que estos dispositivos están diseñados para trabajar con un producto a base de una composición muy determinada.
Pero el riesgo de avería no es el único. Un aditivo que no cumpla con la normativa AdBlue® puede hacer que el sistema no funcione de manera eficiente en otros aspectos. El primero de ellos es que puede hacer que el índice de emisiones del vehículo se incremente y pueda sobrepasar los límites establecidos por esa Euro 6. El segundo es que el consumo del aditivo sea mucho mayor.
En Fillblue garantizamos que nuestro producto cumple escrupulosamente con la normativa AdBlue®. Nuestro laboratorio trabaja sin descanso para que se cumplan los parámetros establecidos y la auditoría de la VDA Verband der Automobilindustrie e.V. asegura su compatibilidad con cualquier motor diésel.